La poesía de Hispanoamérica que es posterior al Modernismo sufre la influencia de los
movimientos europeos de vanguardia, como el Cubismo y el Dadaísmo. Los poetas de los años
posteriores a 1920 se fascinan por las nuevas técnicas inauguradas por el cine, con la presentación
de flash back, de hechos simultáneos y la utilización de signos visuales en lugar de palabras. A
continuación, se presentan algunas características de estos poetas:
I) Utiliza metros y formas tradicionales y su vocabulario es una modalidad ennoblecida del habla
corriente. Publicó tres grandes libros de poesía: Desolación (1922), Tala (1938) y Lagar (1954).
II) El tema del negro en su poesía llega a ser algo más que un desafío pintoresco a los valores
europeos;
III) Suele considerarse como el mejor poeta hispanoamericano; se forjó un estilo personal, que,
sin ser en modo alguno regionalista ni local, era claramente americano. Además, era un poeta
que rechazaba la seducción.
IV) Sus poesías tienen raíces en su niñez. Además de poeta, hizo una gran contribución a la
teoría poética. Una de sus principales obras, El arco y la lira (1956), es sobre la historia y la
naturaleza de la poesía.
Estas características se refieren a respectivamente a: