- ID
- 2233039
- Banca
- Colégio Pedro II
- Órgão
- Colégio Pedro II
- Ano
- 2016
- Provas
- Disciplina
- Espanhol
- Assuntos
TEXTO IV
UN DIA SIN MEXICANOS
LUIS ARTURO RAMOS
Begin .post
AGOSTO 17, 2006
La película "Un día sin mexicanos" causó sensación en México y pasó sin pena ni gloria en Estados Unidos. Y resultó así porque el público al que la cinta iba dirigida somos nosotros. A los gringos no les preocupa la posibilidad de quedarse sin mexicanos porque tienen, en reserva y en lista de espera, a incontables ciudadanos de otros países.
La película es una invitación a la migración constante bajo el supuesto de que algún día, con películas o promociones similares, los gringos comenzarán a aquilatar la valiosísima participación, innegable por otra parte, de nuestros paisanos.
Y mientras esto ocurre, mientras esperamos que los tratados entre los gobiernos y las manifestaciones multitudinarias y la solidaridad entre los seres humanos coloquen las cosas en su exacta dimensión (y termine el debate si nos rechazan a punta de pelotas de goma, bardas electrificadas de tres mil kilómetros de largo o tiros de a de veras), muchos mexicanos seguirán soñando este tipo de sueño, que por falso, resulta muy peligroso. Sobre todo cuando lo propone un director mexicano, seguramente, con la mejor de las intenciones.
En un mundo globalizado, donde las economías poderosas requieren de mano de obra barata y dispuesta a emplearse en labores extremas (“que ni los negros se atreven a aceptar”, Fox dixit), inclusive las inherentes a la guerra, las políticas neoliberales vuelven a reconocer que no se trata de eliminar o atajar a las supuestas razas inferiores, sino de hacerles ver el sitio que les corresponde. O dicho de otra manera: ponerlas en su lugar.
Y a mí me parece que "Un día sin mexicanos" acata este punto medular de los nuevos y viejos racismos, sin percatarse siquiera de que lo hace. Y en esto radica el peligro de una película como "Un día sin mexicanos": El hacernos creer que los mexicanos en particular y los latinoamericanos en general, nada más servimos para labores que sólo requieren de la fuerza y no de la inteligencia, aunque tanto la una como la otra resulten tan dignas, eficientes y productivas como cualquiera.
El día que los mexicanos les faltemos, lo cual, a juzgar por la situación del país, permanece todavía como una posibilidad muy lejana, no habrá quien haga la comida, ni lave la ropa, ni cave zanjas, ni vaya por el mandado, ni cuide a los niños, ni reciba las palizas y humillaciones de la migra, ni recoja las cosechas bajo un sol inclemente a cambio de un salario miserable.
Creo que los mexicanos servimos para mucho más, como de sobra lo han demostrado quienes han alcanzado, no el sueño americano, sino la realidad que deriva del trabajo productivo y bien remunerado. Por eso, sólo me queda decirle al director de la película y a quienes la produjeron pensando que nos hacían un favor: No me defiendas, compadre. No, al menos, de esa manera.
Disponible en:<http://luisarturoramos.blogspot.com.br/2006/08/un-dia-sin-mexicanos.html>
En el texto, el autor busca convencer al lector de la validez de su análisis, por medio de distintas estrategias argumentativas.
Entre ellas, se puede identificar