Lee, con atención, los siguientes textos y señala la opción correcta:
TEXTO I
Hay una hermosa creencia que explica que, en una tierra antigua,
existe un libro maravilloso que posee la fórmula secreta para
cambiar la vida de los hombres. Cuentan que nadie fue capaz de
encontrarlo, aunque partieron en su búsqueda caballeros valientes
y aventureros indómitos que surcaron los mares o se perdieron
en la oscuridad de los bosques misteriosos.Tal vez, aquel libro
era guardado em una casa tenebrosa, en un lugar incierto donde
una voz buscaba con insistencia cada medianoche la luz de la
tierra, deseosa de leer en aquellas páginas
La imaginación ha fantaseado a lo largo del tiempo con los poderes
quiméricos del libro. En nuestros días, hemos redescubierto el
poder de la lectura. No existe un libro que oculte una fórmula para
cambiar nuestras vidas. No existe el secreto que resuelva o
transforme la miseria y el drama de nuestro tiempo. No obstante,
todavía me atrevo a creer en el poder de transformación que
genere la lectura de un libro. Aunque leer continúa siendo un
privilegio.
La realidad es nuestra primera lectura. Cuando yo era niño
comenzábamos a leer en las hojas de los árboles, en uma corriente
de agua, en las formas de las nubes, en el vuelo de un pájaro, en
los gestos humanos, en todo aquello que sucedía en nuestro
entorno. Los niños de hoy comienzan a leer en las
representaciones de la realidad que les ofrece el televisor. Aunque
parezca que se abran horizontes, se trata de una forma
empobrecida de ver el mundo. Hace algún tiempo, Fabricio Caivano
escribía en las páginas de El País: “ El espectáculo instantáneo de
las cosas del mundo es apasionante, pero por eso mismo inocula
abulia intelectual e inhibe una razonable reflexión sobre ellas. Y el
pensar pide empeño y tiempo”.
Hoy es frecuente considerar que la televisión funciona como una
droga. El consumo de imágenes modifica el comportamiento y el
psiquismo de sus adeptos, crea dependencia, agitación, dificultad
para la concentración y retarda algunos aprendizajes, por ejemplo
el de la lectura. La realidad que la televisión convierte en
espectáculo es ambigua y por eso es temible, porque substituye
la forma que tiene esa realidad de existir. Un espectáculo que se
nutre fundamentalmente de imágenes oscuras: el miedo, la
amenaza, la catástrofe. Diría que se complace en transmitir las
turbulencias del mundo, que tiene necesidad de convertir en
espectáculo la miseria y el dolor contemporáneos. No dudo que
pueda llegar a ser un instrumento prodigioso: testimonio y arma
de combate. Bernard Pivot, persiste en creer que, cuando la
televisión está bien utilizada, puede ser un instrumento formidable
de adquisición de conocimiento, de diversión y de cohesión social.
Puede incluso estimular la lectura y facilitar la difusión del libro.
Adaptado de NO HAY ESPECTÁCULO MÁS HERMOSO, de Gabriel Janer
Manila (Texto integral disponible en http://www.revistaeducacion.mec.es/
re2005/re2005_14.pdf)
Para el autor, en el segundo párrafo, la lectura de
un libro